Do you gasp, wide-eyed, when the car in front brakes? Does your heart race when you see a call from that number? Do you panic at the sight of wasps, spiders or snakes? Are you anxious on highways or afraid of public speaking? Is there one person who you can’t bear upsetting?
Fear is a bully. It creeps up unseen and grips its victims. Perhaps your heart races, or you jump in fright. Maybe your stomach churns or you get overwhelmed. The aim of fear is always control. Fear wants you to follow its instructions. They aren’t spoken, they are conveyed through threats.
The Power Of The Bully
1 John 4:18 says: “…fear involves torment…” Torment is terribly distressing. In order to relieve the anguish, you reach out for relief. That might mean grabbing the seat, running away from a snake, backing off from that challenge, or shutting your mouth. Depending on what caused the fear, you will either flee or freeze.
Proverbs 29:25 (MSG) explains, “The fear of human opinion disables…” When you’re afraid of what people think or concerned about one person’s reactions, fear will push you to secure approval. But it’s not just fear of man that traps people, all forms of dread can cripple until we break its power.
Please declare war on fear because fear is already waging war against you. I want to look at two ways you can start to fight fear in your life.
1. Tackle The Torment
We saw that fear is tormenting. It causes distress. In order to disarm fear’s power, we need to tackle the torment. I shared last week that fear frightens you into turning away from the object of dread. That’s how it maintains its power.
It’s time to remove the sting out of the torment. In prayer, bring the object of dread to the Lord. Look at the sights that make you afraid. If it’s a person, picture their face and calmly say, “I’m not scared of you anymore.”
If it’s spiders or wasps, look at the creature and say, “I’m bigger than you and I’m not afraid of you.” Look at the object that once intimidated you. Silence the enemy’s threats by imagining the loving arms of the Father around you.
2. Reign In Your Reactions
Once you have removed the torment from fear, you will be better equipped to reign in your reactions. On 58 separate occasions, the Bible says, “Do not be afraid.” That tells me that we can take charge of our reactions.
So when fear tries to grip, dismiss it. You can control your behavior and take back your reactions. Next time you see a spider, calm down and remind yourself that God (who is way bigger than spiders) is with you.
If you used to jump when a certain number flashed on your phone, choose to keep your peace. Don’t allow threatening thoughts to dominate. Call back calmly. You can beat fear, so why not start today in prayer.
If you want to eliminate fear from your life, join our zoom course Freedom From Fear – it’s the last Heart Academy course of 2023! God will do a phenomenal work in your heart and life leading to confidence and liberty. We start Tuesday!
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¿Jadea con los ojos muy abiertos cuando el coche de delante frena? ¿Se le acelera el corazón cuando ve una llamada de ese número? ¿Entra en pánico al ver avispas, arañas o serpientes? ¿Está ansioso en las carreteras o tiene miedo de hablar en público? ¿Hay alguna persona a la que usted no soporta molestar?
El miedo es un matón. Se acerca sigilosamente y agarra a sus víctimas. Quizás su corazón se acelere o salte de miedo. Tal vez se le revuelva el estómago o se sienta abrumado. El objetivo del miedo es siempre el control. El miedo quiere que siga sus instrucciones, las cuales no se dicen, sino se transmiten mediante amenazas.
El Poder del Matón
1 Juan 4:18 dice: “…el temor implica tormento…” El tormento es terriblemente angustioso. Para aliviar la angustia, busca alivio. Eso podría significar agarrarse del asiento, huir de una serpiente, retroceder ante ese desafío, o cerrar la boca. Dependiendo de la causa del miedo, huirá o se congelará.
Proverbios 29:25 (MSG) explica: “El temor a la opinión humana incapacita…” Cuando tiene miedo de lo que la gente piensa o se preocupa por las reacciones de una persona, el miedo lo empujará a obtener la aprobación. Pero no es sólo el miedo al hombre lo que atrapa a la gente: todas las formas de miedo pueden paralizar hasta que rompamos su poder.
Por favor, declare la guerra al miedo porque el miedo ya está haciendo la guerra contra usted. Quiero ver dos formas en las que usted puede empezar a luchar contra el miedo en su vida.
1. Afrónte el Tormento
Vimos que el miedo atormenta. Causa angustia. Para desarmar el poder del miedo, debemos afrontar el tormento. La semana pasada compartí que el miedo lo asusta y lo hace alejarse del objeto que teme. Así es como mantiene su poder.
Es hora de quitarle el aguijón al tormento. En oración, lleve el objeto de temor al Señor. Mire los lugares que le dan miedo. Si es una persona, imagine su cara y diga con calma: “Ya no te tengo miedo”.
Si se trata de arañas o avispas, mire a la criatura y diga: “Soy más grande que tú y no te tengo miedo”. Mire el objeto que alguna vez le intimidó. Silencie las amenazas del enemigo imaginando los brazos amorosos del Padre a tu alrededor.
2. Controle Sus Reacciones
Una vez que haya eliminado el tormento del miedo, estará mejor equipado para controlar sus reacciones. En 58 ocasiones distintas, la Biblia dice: “No temáis”. Eso me dice que podemos hacernos cargo de nuestras reacciones.
Entonces, cuando el miedo intente apoderarse de él, deséchelo. Puede controlar su comportamiento y retractarse de sus reacciones. La próxima vez que vea una araña, cálmese y recuerde que Dios (que es mucho más grande que las arañas) está con usted.
Si solía saltar cuando un determinado número aparecía en su teléfono, elija mantener la paz. No permita que los pensamientos amenazantes dominen. Vuelva al sentido de calma. Puede vencer el miedo, así que ¿por qué no empezar hoy en oración?
Si desea eliminar el miedo de su vida, únase a nuestro curso de Zoom “Freedom From Fear” (“Libre del Temor”). ¡Es el último curso de Heart Academy de 2023! Dios hará una obra fenomenal en su corazón y en su vida que lo conducirá a la confianza y la libertad. ¡Empezamos el martes!
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