Motoring back from a mall on the outskirts of Atlanta, my friends and I laughed as we chatted. We were traveling at about 50 miles an hour when a car smashed into the side of our cab. Time froze as we ground to a halt. We were silenced by shock as smoke filled the car.
Aware even in that moment that I was in the company of esteemed ministers, I politely enquired, “Do you think we should probably get out of this vehicle before it, er… explodes?” Brought back into the moment, we all clambered out of the car in a daze.
Disoriented but with no major injuries, we viewed the extent of the damage. One of the pastors observed: “One inch to the left and this vehicle would have jack-knifed.” I didn’t appreciate the significance of this statement at the time but gathered from his tone that we had narrowly escaped disaster.
THE IMPACT
Trauma can be crippling. It is an unpleasant mix of pain and shock that tries to hamper our lives. Even seemingly insignificant experiences from childhood or adult life can mould our behavior and habits without us realizing. Sometimes we try to avoid things that remind us of what happened.
Maybe certain numbers flashing on your phone makes you anxious. Perhaps loud noises or racing ambulances leave you shaken. You might start to sweat when you overtake on the highway. You could be nervous of certain people.
The Lord doesn’t want you to bury trauma. He was to heal your precious heart and deliver you from all fear. The moment we bring our traumas to the Lord, we begin a journey to peace and freedom.
THE MORNING AFTER
The trauma of the crash caught up with me when I woke up. I knelt down, closed my eyes and talked with our Wonderful Counsellor (see Isaiah 9:6). The principle of counselling is that we share our hearts – so I did just that.
“Last night was terrible, Lord. The sudden smash, the smell of smoke. It was horrendous…” I burst into tears as I recounted my experiences in His presence. After a few minutes of pouring out my pain, I felt the peace of God fill my heart.
Mine was a minor crash. Maybe you have been in a horrific accident. Perhaps you have experienced some other type of trauma: bullying, abuse, a distressing medical appointment or you may have witnessed someone you love suffer.
IT AFFECTS US ALL
Trauma comes in all sorts of shapes and sizes, and it affects us all. If we don’t deal with the pain and shock, it will have repercussions. My new book (also available as an e-book) Let’s Talk About Trauma will take you on a journey to peace and freedom.
This is such an important topic, why not get a copy for yourself and one for a friend? Although it can feel hard to face the pain, the peace and freedom out the other side is wonderful. Ebooks can be downloaded anywhere in the world. Paperbacks can be ordered from the UK or US here. It would be wonderful to see you in just a few hours at Refresh!
De camino de regreso de un centro comercial en las afueras de Atlanta, mis amigos y yo platicábamos y nos reíamos. Estábamos manejando a50 millas por hora cuando otro carro chocó con nuestro taxi. El tiempo se congeló en un segundo. Seguimos silenciados por el shock de todo el humo que estaba llenando el carro.
Conciente de qué en ese momento estaba rodeada de muchos ministros que amo, de una manera muy amable, dije, “será que debemos salir de este vehículo antes de qué explote?” Cuándo regreso a ese momento, todo se ve de manera borrosa dentro de ese carro.
Desorientada pero sin ninguna herida profunda, empezamos a evacuar de todo el daño hecho. Uno de los pastores observaba lo sucedido, dijo: “por una pulgada más y este vehículo hubiera partido a este taxi en dos pedazos.” Verdaderamente yo no apreciaba lo que el acababa de decir en este momento y mucho menos en el tono que lo hizo, siendo que habíamos por muy poco salido de un desastre grandioso.
EL IMPACTO
Trauma te puede discapacitar. Es una mezcla de sinsabores entre el dolor y el shock que te trae mucho temor alrededor de tu vida. Pareciera insignificante las experiencias de nuestra niñez o vida adulta pero estas cambiando nuestra manera de comportarnos y los hábitos que tenemos sin que nos demos cuenta. Muchas veces tratamos de evadir cosas que nos recuerdan lo que no sucedió.
Quizás si vemos que en nuestro teléfono aparece un número eso desata ansiedad. Quizás ruidos muy fuerte o el sonido de la sirena de la ambulancia te hace temblar. Empiezas a sudar de manera exhaustiva cuando tienes que montarte en una vía expresa. O te pones muy nervioso cuando tienes que lidiar con personas específicas.
El Señor no quiere que camines con traumas enterrados. El quiere sanar tu precioso corazón y quiere liberarte de todos los temores. En el momento en que nosotros le entregamos nuestra alma al Señor, entonces empezamos un camino de paz y libertad.
LA MAÑANA SIGUIENTE
El trauma del choque me afectó hasta el día siguiente que me desperté. Me arrodillé, cerré mis ojos y hablé con mi maravilloso consejero ( ver Isaías 9:6). El principio de la conserjería es compartir lo que está en nuestro corazón y eso fue lo que yo hice.
“Anoche fue terrible, Señor. Ese choque de repente, el olor a humo. Todo fue horrible…“ Y rompí en lágrimas y reconté toda mi experiencia en su presencia. Después de unos minutos de vaciar todo mi dolor, y sentí que la paz de Dios empezó a llenar mi corazón.
Una fecha después, el Señor empezó a tratar con todos los temores. El mío era mirar siempre un choque por el espejo. Quizás era un accidente terrible. Quizás fue una experiencia de trauma de alguien más: matoneo, abuso, el estrés de una cita médica o si has experimentado como sufre alguien que amas.
NOS AFECTA A TODOS
Trauma viene en todos los tamaños y figuras, y nos afecta a todos. Si nosotros no aprendemos a lidiar con el dolor y el shock, puede traer repercusiones. Mi nuevo libro, “Let’s Talk about trauma” te va a llevar por un camino de paz y libertad.
Este es un tema muy importante, por qué no obtener una copia para ti y otra para regalar a un amigo? Aunque sientas que es muy duro el dolor, la paz y la libertad están disponibles al otro lado y será maravilloso. Ordénalo en Inglaterra o en Estados Unidos aquí.
