Abby’s face was so bruised and swollen that she could barely see or speak. She was covered in deep cuts, some bandaged, some exposed. I will never forget the moment I first saw my daughter after a terrible bicycling accident.
Seeing others suffer can be traumatic. You may have watched helplessly while a loved one passed away. You could have seen your spouse broken by trauma.
Perhaps your child has suffered terrible physical or emotional pain.
Maybe you saw your community devastated by violence or sickness. It could be that you witnessed family or friends endure terrible pain. You may have been the first at the scene of an horrific accident and the images still haunt you.
It can be dreadful to feel helpless when witnessing the pain of others. All to often, we dismiss the importance of being restored after ‘second-hand’ trauma focusing only on the wellbeing of others.
Been There Before
I don’t think anything could have prepared Noah for the flood that destroyed the earth. I know that he and his family were tightly shut inside, but nature’s ferocity as well as the knowledge of so much human suffering must have been terrible.
Genesis 7:11b describes the moment disaster struck: “…On that day all the fountains of the great deep were broken up, and the windows of heaven opened.”
Noah had preached for years about this. I wonder if the faces of old friends or neighbors flashed through his mind. Of course, he will have been forever grateful for being saved, but I can’t imagine that he was untouched by the human tragedy.
Dealing With The Trauma
If you have witnessed suffering, the Lord wants to set you free from the shock and pain it can cause. After my daughter’s accident, she was not the only one who needed healing. My husband who handled the whole thing was sustained by God.
But before I was able to help her, I had to pull myself aside and talk to the Lord, “Oh my God, my baby has been through too much. She is cut to pieces. And I was not there when she needed me.” I poured out my pain as He healed my heart.
Ready To Help
Although you were not the one who went through the agony, if you want to help others, you need to be at peace yourself. Jesus put it this way: “Can the blind lead the blind? Will they not both fall into the ditch?” (Luke 6:39).
When our hearts are free of pain, we can hep others. Have you ever considered that your Heavenly Father understands your sadness? Jeremiah 8:21 says, “For the hurt of the daughter of my people I am hurt. I am mourning…”
The Lord is hurt when we are hurt, just as you are pained when you see someone you care about suffer. What is the buried sadness of your soul? What are the traumas hiding in your heart? You can say it all in God’s presence.
You can tell Him what you couldn’t tell anyone else. As you take time to talk to the Lord about your trauma, He will heal you. Old sites or memories will lose their sting and any associated fears will drop off.
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El rostro de Abby estaba tan golpeado e hinchado que ella a duras penas podía hablar o ver. Estaba cubierta por cortadas profundas, vendajes, y un poquito expuesta. Nunca me voy a olvidar del momento en que miré a mi hija por primera vez después de un terrible accidente en bicicleta.
Ver a otros sufrir puede ser traumático. Te puedes estar sintiendo impotente al ver como un ser querido se muere. Quizá has visto a tu pareja roto por un trauma. O a lo mejor tu hijo ha sufrido terriblemente de manera física o emocional.
Quizá vistes a tu comunidad devastada por la violencia o la enfermedad. Puede que hayas sido el testigo de familia o amigos que les tocó vivir terribles dolores. Fuiste el primero en entrar a la escena de un terrible accidente y las imágenes te persiguen.
Puede ser terrible y devastador cuando te toca hablar del dolor de otros. Muy a menudo, no le damos importancia a que tenemos que ser restaurados después del trauma de segunda mano y nos enfocamos en el bienestar de otros.
Estando ahí antes
No creo que podría haber algo que preparara a Noé para ese diluvio que iba a destruir toda la tierra. Yo sé que él y su familia fueron protegidos adentro, pero la ferocidad de la naturaleza como también el conocimiento del sufrimiento humanos debió ser terrible.
Gen 6:11 b describe cuando el momento del desastre tomó lugar: “… En ese día todas las fuentes de abajo se abrieron, y las ventanas de los cielos se abrieron.“
Noé había predicado de esto por años. Y yo me pregunto, que, de las caras de sus amigos o vecinos. De cuando en cuando, le deberían de aparecer a su mente. Por supuesto, él estaba eternamente agradecido porque él estaba salvo, pero yo no me puedo imaginar cómo le afectó a él esa tragedia humana.
Tratando con el trauma
Si has sido testigo del sufrimiento, el Señor quiere liberarte de todo ese shock y del dolor que causó. Después del accidente de mi hija, ella no era la única que necesitaba sanidad. Mi esposo quien fue quien manejó toda la situación estaba siendo sostenido por el Señor.
Pero antes de qué yo pudiera ayudarle a ella, tuve que ponerme en un lugar aparte y hablar con el Señor, “oh mi Dios, mi bebé ha pasado por tanto. Ella está cortada en pedazos. Y yo no estuve ahí cuando ella me necesito.“ yo vertí todo mi dolor y Dios sanó mi corazón.
Listo para ayudar
Aunque tú no fuiste el que pasó por la agonía, si quieres ser la ayuda de otros, tienes que estar a paz contigo. Jesús lo puso de esta manera: “que ciego puede guiar a otro ciego? No caerán ambos en un hueco?“ (Lucas 6:39).
Cuando nuestros corazones están libres del dolor, pueden ayudar a otros. Alguna vez Has considerado a tu padre celestial como entiende la tristeza? Jeremías 8:21 dice, “por el dolor de la hija de mi gente yo estoy herido. Y estoy en luto…“
Al Señor le duele cuando nosotros estamos en dolor, así como nosotros sufrimos por el dolor de alguien más. Qué es tristeza enterrada en tu alma? Cuáles son los traumas qué has escondido en tu corazón? Se lo puedes decir a Dios en su presencia.
Le puedes decir a El lo que no le puedes decir a nadie más. Mientras tomas tiempo para hablar con el Señor acerca de tu trauma, El te va a sanar. Viejos lugares o memorias pueden desatar una punzada y lo puedes asociar a temor.
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