Rejection is like a punch in the guts. It can make you feel like you’re not wanted, like an outsider watching as everyone else enjoys life and love. It is agonizing, but sadly it’s common.
Maybe you’re living in a cold marriage. Perhaps you’ve been put down at work or ridiculed by your peers. You could have been pushed away by someone you love. Most of our bible heroes have been bruised by its pain. Here are a few examples:
- Leah, the mother of Judah, was repulsive to her husband
- David was forgotten by his father
- Jeremiah was hated by the people he was sent to help
- Daniel was despised by his peers
- Jesus was rejected – by nearly everyone
You were made by God to live in harmony and fellowship, so when you are pushed away, it can be emotionally crippling. However, it doesn’t stop there. The enemy tries to use your pain to keep you out of your purpose.
There are three reactions to rejection. Two are destructive and derail destinies. One leads to lasting freedom. Let’s look at what they are:
1. WE HIDE
When we’re rejected, we often hide. If you were hurt in church, you may want to take a back seat (even though you were called to the worship ministry). If friends let you down, you could choose to withdraw (even from divine relationships).
Of course, we don’t want to set ourselves up for further pain. However, we need to to make sure that pain is not directing our lives. We are supposed to be led by the Spirit of God, not fear of further hurt.
2. WE HARDEN
When we’re wounded, sometimes we shut down inside and put up walls around our hearts. We may give up on trusting or become tough towards others. The pain was too much so we toughen up.
Israel suffered terribly, but hardened their hearts as a result of their pain. Sadly, when we toughen our hearts we often unwittingly resist the Lord. Because of hardness of heart, God kept an entire generation out of the promised land.
3. WE HEAL
The right response to rejection is to seek your healing. Jesus came to bind up the broken hearted. He died to take your pain away. There is no wound that He cannot restore if you will bring your pain to Him.
Jesus is your Wonderful Counsellor. If you will talk to Him about what you went through and how it made you feel, if you will pour out your pain in His presence, He will heal your heart. When you get restored, you spoil satan’s foul plans.
If you often feel weighed down by sadness or discouragement, I want to invite you to join Lifting Heaviness. God will take you on a wonderful journey to joy and freedom. We start May 3rd and you can join from anywhere in the world.
El rechazo se siente como un puño al estómago. Te hace sentir no querido, como un extraño mirando a todos disfrutar la vida y el amor. Es agonizante y tristemente muy común.
Quizás estés en un matrimonio frío. Posiblemente has sido menospreciado o ridiculizado por tus compañeros de trabajo. Has sido apartado por las personas que amas. Muchos de nuestros héroes bíblicos fueron heridos por este dolor. Aquí algunos ejemplos:
- Lea la madre de Judá, le era repulsiva a su esposo.
- David fue olvidado por su padre.
- Jeremías era odiado por las personas a quien fue asignado.
- Daniel fue despreciado por compañeros celosos.
- Jesús fue rechazado – por todos.
Nosotros fuimos diseñados para el compañerismo cuando somos rechazados, puede ser agobiante emocionalmente. Sin embargo, esto no para aquí. El enemigo busca usar tu dolor para retenerte de su propósito.
Hay tres reacciones comunes al rechazo. Dos son demoníacas y descarrilan tu destino. La otra te lleva a Libertad duradera. Miremos cuáles son:
- NOS ESCONDEMOS
Cuando nos rechazan, nos escondemos. Si te lastimaron en la iglesia, escogerás sentarte (aunque sabes que tienes llamado para adorar). Si un amigo te rechazo, escoges apartarte (hasta de relaciones divinas).
Claro que no quieres ponerte en posición para que te lastimen otra vez. No obstante, tenemos que asegurarnos que el dolor no está dirigiendo nuestra vida. Estamos supuestos a ser guiados por el Espíritu de Dios, no por el temor o el dolor.
- NOS ENDURECEMOS
Cuando nos hieren, cerramos las puertas y levantamos paredes alrededor de nuestro corazón. Nos damos por vencidos en confiar en otros y somos duros. El dolor fue mucho y nos hicimos fuertes.
Israel sufrió grandemente, por eso endureció su corazón por causa del dolor. Tristemente, cuando endurecemos nuestro corazón, inconscientemente resistimos al Señor. Por causa del endurecimiento del corazón, Dios dejó a toda una generación fuera de la tierra prometida.
- NOS SANAMOS
La respuesta correcta al rechazo es buscar sanidad. Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón. El murió para tomar nuestro dolor. No hay herida que el no pueda sanar si se la entregamos a El.
Jesús en nuestro maravilloso consejero. Si le hablas a El acerca de lo que te sucedió y como te hizo sentir, si pudieras derramar tu dolor en su presencia, El sanara tu corazón. Cuando estés restaurado, le dañas los planes al enemigo.
Si te sientes cargado por la tristeza y el desánimo. Te invito a tomar una clase llamada levantando las cargas. Dios hará un trabajo maravilloso en tu camino de sanidad y Libertad. Empezamos mayo 3 y te puedes conectar desde cualquier parte del mundo.