One evening while I was away, I tried to check that my daughter was home at the time we agreed. When I couldn’t get through, I assumed she was still out and started to stress about it to my husband.
“Stop the unnecessary emotional energy!” he responded. I checked myself and changed my attitude. Calm was restored. When I managed to speak to my daughter I discovered that she had been home ahead of time, but her phone battery had died. I learned a lesson.
Philippians 2:5 says, “have the same attitude that Christ Jesus had.” That tells me that we can choose our attitude. We can also decide which emotions we allow to take hold inside. This applies to all sorts of situations, but I will pick three.
- FEAR
Again and again, the bible tells us not to be afraid. When Jesus was talking to a man whose daughter was seriously sick, He said: “Don’t yield to fear. All you need to do is to keep on believing.” (Mark 5:35 TPT).
When fear tries to grip your heart, you have a choice. It might be a health issue, it could be a deadline, it may be a financial or family matter that is worrying you. Either way, you and I can choose not to give fear a place in our hearts.
When fear-based thoughts come, we can grab our emotions and say, “No, I’m not going to be scared. Instead, I choose to believe God.” As you take your eyes off the threat of what could go wrong and instead remind yourself of the promises of God, fear will start to leave.
Remember, fear gets us nowhere. In contrast, stopping and choosing to believe God can move the mountains in our lives. Not only does faith restore our peace, but it also changes things.
- GUILT
Recently I was feeling really bad that I had asked a huge favor of someone I hardly knew. I felt terrible. Then I remembered my husband’s words and told myself, “Guilt will get me nowhere. I need to believe God instead.”
I chose to change my reaction. Instead of feeling bad, I started to believe that God would bless the people who had helped me. Romans 8:28 says that God causes all things to work together for good to those who love Him and are called.
Instead of churning inside, I started to believe God for them to be abundantly blessed. Negative emotional reactions are at best pointless, and at worst destructive. Let’s stop them in their tracks.
- SADNESS
Philippians 4:8 says, “Fix your thoughts on what is true, and honorable, and right, and pure, and lovely, and admirable. Think about things that are excellent and worthy of praise.” We can also kick out sadness.
When my thoughts are focused on a difficult situation, I stop myself and thank God that my life is in His hands. I dwell on the promises of God and remind myself, this trial shall pass. I focus on God’s faithfulness and sadness evaporates.
Of course, if you’re carrying pain, you need to be healed. The more you are restored of life’s inevitable hurts, the easier it will be to avoid negative emotions. But you can kick out sad thoughts and focus on God’s faithfulness instead.
If you want to develop strong, healthy emotions so that you can live in joy, join my mentoring network which is now open for a September start. Each month, we will focus on a different topic to help you grow into the person you need to be to realize your God-given dreams. Check it out here.
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Una noche, mientras estaba fuera, traté de verificar que mi hija estuviera en casa a la hora acordada. Cuando no pude comunicarme con mi hija, asumí que ella todavía estaba fuera, lo cual me causó sentirme estresada. Lo hablé con mi esposo.
“¡Detén la energía emocional innecesaria!” el respondió. Me controlé y cambié de actitud. Se restableció la calma. Cuando logré hablar con mi hija descubrí que había llegado a casa antes de tiempo, pero la batería de su teléfono se había agotado. Aprendí una lección.
Filipenses 2:5 dice: “tened la misma actitud que tuvo Cristo Jesús”. Eso me dice que podemos elegir nuestra actitud. También podemos decidir cuáles emociones permitiremos que se arraiguen en nuestro interior. Esto se aplica a todo tipo de situaciones, pero elegiré tres.
- MIEDO
Una y otra vez, la Biblia nos dice que no tengamos miedo. Cuando Jesús estaba hablando con un hombre cuya hija estaba gravemente enferma, le dijo: “No cedas al miedo. Todo lo que necesitas hacer es seguir creyendo”. (Marcos 5:35 TPT).
Cuando el miedo trata de apoderarse de su corazón, usted tienes una opción. Puede ser un problema de salud, puede ser una fecha límite, puede ser un asunto financiero o familiar que le preocupa. De cualquier manera, usted y yo podemos elegir no darle al miedo un lugar en nuestros corazones.
Cuando surgen pensamientos basados en el miedo, podemos agarrar nuestras emociones y decir: “No, no voy a tener miedo. En lugar de eso, elijo creerle a Dios”. A medida que quite los ojos de la amenaza de lo que podría salir mal y en su lugar recuerde las promesas de Dios, el miedo comenzará a irse.
Recuerde, el miedo no nos lleva a ninguna parte. En contraste, detenerse y elegir creer en Dios puede mover montañas en nuestras vidas. La fe no solo restaura nuestra paz, sino que también cambia las cosas.
- CULPA
Recientemente me sentía muy mal por haberle pedido un gran favor a alguien que apenas conocía. Me sentí terrible. Entonces recordé las palabras de mi esposo y me dije: “La culpa no me llevará a ninguna parte. Necesito creerle a Dios en su lugar”.
Elegí cambiar mi reacción. En lugar de sentirme mal, comencé a creer que Dios bendeciría a las personas que me habían ayudado. Romanos 8:28 dice que Dios hace que todas las cosas obren para el bien de aquellos que lo aman y son llamados.
En lugar de perturbarme por dentro, comencé a creer en Dios para que ellos fueran abundantemente bendecidos. Las reacciones emocionales negativas son inútiles y destructivas. Detengámoslas en seco.
- TRISTEZA
Filipenses 4:8 dice: “Fijen sus pensamientos en lo que es verdadero, honorable, justo, puro, amable y admirable. Piensa en cosas que son excelentes y dignas de elogio”. También podemos expulsar la tristeza.
Cuando mis pensamientos están enfocados en una situación difícil, me detengo y agradezco a Dios que mi vida está en Sus manos. Me detengo en las promesas de Dios y me recuerdo a mí misma, esta prueba pasará. Me concentro en la fidelidad de Dios y la tristeza se evapora.
Por supuesto, si usted tiene dolor, necesita ser sanado. Cuanto más se recupere de las heridas inevitables de la vida, más fácil será evitar las emociones negativas. Pero puede deshacerse de los pensamientos tristes y concentrarse a la fidelidad de Dios.
Si desea desarrollar emociones fuertes y saludables para poder vivir con alegría, únase a mi red de mentores que ahora está abierta para comenzar en septiembre. Cada mes, nos enfocaremos en un tema diferente para ayudarle a convertirse en la persona que necesita ser para realizar los sueños que Dios le ha dado. Compruébelo aquí.
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