Do you know a gifted person who is impossible to be around? Do you know a questionable character who seems to saunter through life getting more than their fair share of blessings or breakthroughs?
Let’s imagine for a moment what it was like to grow up with Joseph. Favoritism hurts. It tells you that you aren’t quite as good as the ‘special’ child. It must have felt so unfair to Joseph’s brothers.
What Did We Do Wrong?
Genesis 37:3 explains, “Now Israel loved Joseph more than all his children… Also, he made him a tunic of many colours.” The boys’ dad not only loved one son more than all his others, but he also gave him special gifts.
As though that weren’t enough, the family favourite seemed unaware of the pain this was causing. He brashly shared his dreams of grandeur with his brothers. They probably thought he was full of himself.
That’s not all. Genesis 37:2 provides a window into their everyday lives: “Joseph, being 17 years old, was feeding the flock with his brothers… and Joseph brought a bad report of them to his father.”
When People Are Insensitive
The golden boy snitched on his brothers when they were having a bad day. Everything inside these men must have balked at the life the favorite enjoyed. It was not fair, it was not right. Soon enough they started envying their brother.
Acts 7:9 says, “The patriarchs, becoming envious, sold Joseph into Egypt. But God was with him.” Because of the injustice that surrounded their lives, these chosen men ended up despising God’s chosen vessel.
Envy in Greek is from a root word which means to pine. Envy is when I long for what belongs to someone else. It is a feeling of discontent when confronted with the advantages, success, or possessions enjoyed by another person.
God Sees The Heart
Maybe you can relate. We see delay, we see disappointment, we see the injustice of a brother or sister getting blessed. The God who looks into our hearts sees envy.
God revealed a principle to Abraham in Genesis 13:15 “all the land which you see I give to you…” Faith has to see. Envy sets your sights on what belongs to someone else. It puts your focus on others. As a result, you and your faith get stuck.
Until we get envy out of our hearts, we may well find ourselves going round in circles, wondering why God has withheld our blessings. Proverbs 23:17 is clear, “Do not let your heart envy…”
Freedom Is Easy
If you realise that you have been disgruntled seeing God bless someone else. If you recognize that you have envied the relationship that a brother or sister enjoys with someone you admire, it’s time to lay it down.
Joseph’s brothers didn’t know that God would use their brother to save their lives from famine. They were envying the one God had chosen to bring salvation to their families. We never know what He knows.
If you want to get envy out of your heart, first apologize to the Lord. Say out loud that you will not tolerate any more discontentment in your heart. Then celebrate the successes of those you once envied. Ask God to bless them.
If you’re within reach of Miami, join me at Restore on Saturday, September 23rd. I have a word that will speak to your heart and bring great freedom. I will also be sharing some big news.
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¿Conoce a una persona talentosa con la que es imposible estar cerca? ¿Conoce a algún personaje cuestionable que parece deambular por la vida obteniendo más bendiciones o avances de los que le corresponde?
Imaginemos por un momento cómo fue crecer con José. El favoritismo duele. Le dice que no es tan bueno como el niño “especial”. Debieron haberles parecido muy injusto a los hermanos de José.
¿Que Hicimos Mal?
Génesis 37:3 explica: “Israel amaba a José más que a todos sus hijos… También le hizo una túnica de muchos colores”. El padre de los niños no sólo amaba a un hijo más que a todos los demás, sino que también le hacía regalos especiales.
Como si eso no fuera suficiente, el favorito de la familia parecía no darse cuenta del dolor que esto le estaba causando a sus hermanos. Compartió descaradamente sus sueños de grandeza con sus hermanos. Probablemente pensaron que estaba lleno de sí mismo.
Eso no es todo. Génesis 37:2 ofrece una ventana a su vida cotidiana: “José, siendo de 17 años, apacentaba el rebaño con sus hermanos… y José dio mala noticia de ellos a su padre”.
Cuando La Gente Es Insensible
El chico de oro delató a sus hermanos cuando estaban teniendo un mal día. Todo dentro de estos hombres debe haberse opuesto a la vida que disfrutaba el favorito. No fue justo, no estuvo bien. Muy pronto empezaron a envidiar a su hermano.
Hechos 7:9 dice: “Los patriarcas, teniendo envidia, vendieron a José para Egipto. Pero Dios estaba con él”. Debido a la injusticia que rodeaba sus vidas, estos hombres elegidos terminaron despreciando el vaso escogido de Dios.
La envidia en griego proviene de una raíz que significa languidecer. La envidia es cuando se añora lo que es de otra persona. Es un sentimiento de descontento ante las ventajas, el éxito o las posesiones de las que disfruta otra persona.
Dios Ve El Corazón
Quizás puedas identificarte. Vemos retrasos, vemos desilusión, vemos la injusticia de que un hermano o hermana sea bendecido. El Dios que mira dentro de nuestros corazones ve envidia.
Dios le reveló un principio a Abraham en Génesis 13:15: “Toda la tierra que ves, te la doy…” La fe tiene que ver. La envidia pone la mirada en lo que es ajeno. Pone tu atención en los demás. Como resultado, usted y su fe se estancarán.
Hasta que eliminemos la envidia de nuestro corazón, es posible que nos encontremos dando vueltas en círculos, preguntándonos por qué Dios ha retenido nuestras bendiciones. Proverbios 23:17 es claro: “No dejes que tu corazón envidie…”
La Libertad Es Fácil
Si usted se da cuenta que se ha sentido descontento al ver que Dios bendiga a alguien más. Si reconoce que ha envidiado la relación que un hermano o hermana disfruta con alguien a quien usted admira, es hora de dejarlo.
Los hermanos de José no sabían que Dios usaría a su hermano para salvar sus vidas del hambre. Estaban envidiando a quien Dios había elegido para traer salvación a sus familias. Nunca sabemos lo que Él sabe.
Si usted quiere sacar la envidia de su corazón, primero pida perdón al Señor. Diga en voz alta que no tolerará más descontento en su corazón. Luego, celebre los éxitos de aquellos a quienes alguna vez envidio. Pídale a Dios que los bendiga.
Si está cerca de Miami, únase a mí en “Restore”el sábado 23 de septiembre. Tengo una palabra que le hablará al corazón y le traerá gran libertad. También compartiré algunas noticias importantes.
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