You have an inner enemy. It wants to prolong your pain and trap you in a dark place. It creates feelings of injustice & steals your joy. It seeks to stifle your life.
Self-pity is a tempting response to pain & difficulty, but it is a destiny destroyer. To make matters worse, it is a master of deceit & pretends to be your friend.
It reminds you of all the reasons why you should stay sad. It strokes your wounds, but does not heal them. Your pretend friend tells you that no one understands your suffering. It digs a hole and invites you to climb inside.
SECRET THIEF
A few years ago, I was flying to the Middle East to be the main speaker at a big women’s conference. There was a slight problem: I had completely lost my voice.
The doctor told me it would take 2-3 weeks for my voice to return. God promised I would preach so I was confident that He would come through.
As I was praying mid-flight, I realized that I’d been unwell 4 times in just 4 months. “That’s not right,” I mused. So I asked God, “Why am I getting sick so often?”
MIRROR, MIRROR
The Lord revealed the problem by holding up a mirror of my behavior. I would be gearing up for ministry then I would feel some symptoms. “Oh no, that’s not fair! Why me?” I would moan to myself.
“I cannot believe this is happening again. I pray over my health and yet here I am fighting another fever.” I would feel let down.
Then I would think, “Oh well, it’s time for Jo the hero to step up. Even with aches, I will minister anyway.” By that time, I would be texting our head of prayer. Instead of arising myself, I would ask the intercessors to arise.
MY PROBLEM
Let me explain it simply. Sickness would knock at my door. Self-pity would open it wide and pride would say, “Come on in.”
I was getting sick because my first response to life’s problems was self-pity. God has given us a shield of faith which we need to hold up when the enemy throws fiery darts (Eph 6:16).
THE ROBBER
For us to thrive in life, we need faith, even when life is tough. To conquer battles, we need to be full of hope. Feeling sorry for ourselves steals our expectations and according to Pr 10:24, we get what we expect.
Unwanted symptoms should have prompted me to fight with my faith. Instead of listening to self-pity’s lies, I should have reminded myself of the promises of God.
With tears trickling down my checks, I told God how sorry I was. I repented of self-pity and dealt with my pride. I then asked God to cleanse my heart and heal my body.
LET’S KICK IT OUT
On the morning of the conference, I opened my mouth. After a week of silence, a booming voice emerged. I was healed, but I was also changed.
Self-pity is subtle but debilitating. My new book, My Pretend Friend, will show you how this universal enemy has been tripping you up, even on a daily basis. It will lead you to freedom. It is out today with a special launch deal for UK & US addresses.
Todos tenemos enemigos internos. Quiere prolongar tu dolor y atraparte en lugares oscuros. Crea sentimientos de injusticia y te roba el gozo. El busca sofocar tu vida.
La autocompasion tienta con el dolor y la dificultad pero es un destructor de destino. Lo que empeora la situación, es que es un maestro en el engaño y se hace pasar como tu amigo.
Te recuerda todas las razones por las que debes mantener la tristeza. El acaricia tus heridas pero no las sana. El que pretende ser tu amigo te dice que nadie entiende tu dolor. El cava huecos y te invita a que te escondas adentro.
LADRON SUTIL
Unos años atrás, iba de viaje hacia al Medio Oriente a una conferencia grande de mujeres como la conferencista principal. Había un pequeño problema, perdí mi voz.
El doctor dijo que tomaría de 2-3 semanas para que volviera. Dios prometió que yo predicaría, así que estaba completamente confiada que Dios lo haría.
Mientras oraba en el vuelo, me recordé que 4 veces no había estado bien en 4 meses. “No es justo” yo meditaba. Le pregunté a Dios “porque me estoy enfermando tan seguido.”
ESPEJITO, ESPEJITO
El Señor revelo el Problema como presentándome delante de un espejo. Me preparaba para ministrar y sentía los síntomas. “No es justo, porque a mi?” Yo me quejaba.
“No puedo creer que esto está sucediendo otra vez, oraba por mi sanidad pero una vez más volvía la fiebre.” Me sentía triste.
Después pensaba. “Es tiempo que Jo la heroína se levante. Aunque tenga dolor, voy a ministrar.” En ese tiempo, le manda a mensajes de texto al líder de oración, en lugar de levantarme yo misma, los intercesores eran los que se levantaban.
MI PROBLEMA
Permítame explicarle. La enfermedad tocaba a la puerta. La autocompacion le abría la puerta de par en par y el orgullo le decía “pase adelante.”
Me estaba enfermando porque mi primera respuesta a la enfermedad era la autocompasion. Dios nos ha dado el escudo de la fe, el cual tenemos que levantar cuando el enemigo lanza los dardos encendidos (efesios 6:16).
EL LADRON
Para avanzar con éxito en la vida se necesita Fe. Aun en los momentos en que la vida es dura. Para conquistar batallas, necesitas estar lleno de esperanza. El tenernos lástima nos robará la expectación y de acuerdo a proverbio 10:24, recibimos lo que esperamos.
Los síntomas no deseados debieron empujarme a pelear con Fe. Pero la autocompacion me lleno de mentiras, debí recordar todas las promesas de Dios.
Con lágrimas bajando por mi rostro, le dije a Dios que lo sentía mucho. Me arrepentí que caminar en autocompasion y solté el orgullo. Después le pedí a Dios que limpiara mi corazón y sanara mi cuerpo.
SAQUÉMOSLO
En la mañana de la conferencia, abrí mi boca. Después de una semana de silencio, una voz que retumba se desató. Estaba sana, pero también estaba cambiada.
La autocompasion es sutil pero debilitante. Obten mi nuevo libro “My pretend friend” (mi amigo fingido) Descubre como la autocompasion te esta engañando, aún el instantes diarios. Sale a la venta hoy y con precios especiales en UK y USA.