I pushed my husband away daily for a decade and came close to destroying our marriage. At first, I blamed Paul for our problems. When I realized that I had issues, I tried desperately to fix myself. I was insecure and felt rejected. Likewise, no-one has hurt me more than my husband. Unresolved childhood trauma left Paul with anger issues. He would be fine most of the time, then some comment or unexpected event would trigger an outburst.
That’s Married Life!
It’s impossible to be married without getting hurt. Misunderstanding is inevitable, sparks will fly and your feelings will be hurt. Depending on how much baggage you each bring with you, the damage you do to each other can be colossal. The devil hates strong marriages because they form the bedrock of family, the church and even community. As a result, he attacks Christian marriages day in day out. He wants to cause division and dysfunction.
The good news is that we serve a God who restores and breathes new life into our lives. Our job is giving Him the time and space to reignite our relationship. Here are 7 signs your marriage needs a fresh touch from God.
- You feel unappreciated
- You get or give the silent treatment
- You feel disrespected
- They don’t seem to listen
- You’re wary of upsetting them
- Signs of old issues make you anxious
- There’s a distance between you
After your relationship with Jesus, your marriage is your greatest priority. Just as you have to service your car to ensure it runs well, we must take time to look after our marriages.
Healing Changes Everything
God healed all the issues that caused me to push Paul away and He dealt with buried trauma that caused my husband to get angry. But it didn’t stop there. Any time my husband hurts me, I get healed. When I wound him, the Lord restores.
We enjoy a better marriage now, after nearly 28 years, than ever before. We have more fun, more sparkle and we build each other up. He loves me well and I respect him immensely. I am forever grateful to God.
It Starts In Your Heart
Now, it is a privilege to help others experience a new lease of life in marriage. Your heart determines the course of your life (see Proverbs 4:23) and it affects the quality of your marriage.
Every time you are hurt, ask God to heal you. But don’t just focus on the now. The more you deal with wounds from the past, the easier it will be to get restored when your spouse disappoints you. You can enjoy a great marriage.
If you want a strong, happy relationship, join our new zoom course Healing Inevitable Marriage Hurts. My husband and I will bring healing, give you practical tools and share our journey to help you on yours. Check it out here.
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Rechacé a mi esposo casi a diario durante una década y estuve cerca de destruir nuestro matrimonio. Al principio, culpé a Paul por nuestros problemas. Cuando me di cuenta de que era yo quien tenía problemas, traté desesperadamente de arreglarme. Era insegura y me sentía rechazada.
Asimismo, nadie me ha lastimado más que mi esposo. El trauma infantil no resuelto dejó a Paul con problemas de ira. Estaba bien la mayor parte del tiempo, pero luego algún comentario o evento inesperado desencadenaría un arrebato.
¡Así Es La Vida Matrimonial!
Es imposible estar casado sin lastimarse. Los mal entendimientos son inevitables, saltarán chispas y herirán sus sentimientos. Dependiendo de la cantidad de equipaje que traiga cada uno, el daño que se hacen entre sí puede ser colosal.
El diablo odia los matrimonios fuertes porque forman la base de la familia, la iglesia e incluso la comunidad. Como resultado, ataca los matrimonios cristianos día tras día. Quiere causar división y disfunción.
La buena noticia es que servimos a un Dios que restaura y da nueva vida a nuestras vidas. Nuestro trabajo es darle a Él el tiempo y el espacio para reavivar nuestra relación. Aquí hay 7 señales de que su matrimonio necesita un toque fresco de Dios.
1. Se siente despreciado
2. Recibe o da el trato silencioso
3. Se siente irrespetado
4. Le parece que no lo escuchan
5. Tiene miedo de molestarlo
6. Las señales de viejos problemas lo ponen ansioso
7. Hay una distancia entre ustedes
Después de su relación con Jesús, su matrimonio es su mayor prioridad. Así como usted tiene que darle servicio a su automóvil para asegurarse de que funcione bien, debemos tomarnos el tiempo para cuidar de nuestros matrimonios.
La Sanidad lo Cambia Todo
Dios sanó todos los problemas que me hicieron alejar a Paul y lidió con el trauma enterrado que hizo que mi esposo se enojara. Pero no se detuvo allí. Cada vez que mi esposo me lastima, me sano. Cuando lo hiero, el Señor lo restaura.
Disfrutamos de un mejor matrimonio ahora, después de casi 28 años, que nunca antes. Nos divertimos más, brillamos más y nos edificamos el uno al otro. Me quiere mucho y lo respeto inmensamente. Estoy eternamente agradecida a Dios.
Comience En Su Corazón
Ahora, es un privilegio ayudar a otros a experimentar una nueva vida en el matrimonio. Su corazón determina el curso de su vida (ver Proverbios 4:23) y afecta la calidad de su matrimonio.
Cada vez que esté herido, pídale a Dios que lo sane. Pero no se centre solo en el ahora. Cuanto más lidie con las heridas del pasado, más fácil será recuperarse cuando su cónyuge lo decepcione. Usted puede disfrutar de un gran matrimonio.
Si quiere una relación fuerte y feliz, únase a nuestro nuevo curso por Zoom “Sanar Las Heridas Inevitables del Matrimonio.” Mi esposo y yo traeremos sanidad, le daremos herramientas prácticas, y compartiremos nuestra jornada para ayudarlo en la suya. (Este curso será en Inglés).
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