Anxiety is awful. It steals our joy and robs us of our faith. It can keep us awake at night and unhappy during the day. It doesn’t matter what we call it: worry, concern, or churn, it’s all the same.
Proverbs 12:25 says, “Anxiety in a man’s heart weighs it down…” When we are anxious, we are weighed down. It can affect our outlook on life. Just one concern spinning out of control can make it feel like everything is too much.
Knowing the damage it does, Jesus told us not to be anxious. Phil 4:6 (AMPC) says, “Do not fret or have any anxiety about anything…” There is nothing that warrants your worry! It only ever makes things worse. So we need to get fret out of our lives.
Are You Stressed?
The Bible tells us to cast all of our cares upon Him but all too often, we don’t even recognise that we are worried. One way we can tell that we are worried is when we become stressed and bothered. You might get easily agitated or feel like life is too much.
Sometimes we misinterpret inner churn. We think that we are under pressure or too busy but often it is anxiety that makes us feel overwhelmed not our schedule. Stop and ask yourself if you are feeling weighed down. Ask the Lord to reveal any anxiety.
Get To The Root
But there is a second problem. When we realise that we are anxious, we often deal with it the wrong way. What do I mean? A while back, I realised that I was worried about a particular speaking engagement.
It was buzzing about in the back of my mind and every time I thought about it, I felt bothered. But I didn’t know why I was concerned. Although it was an important conference, I was not worried that it would all go horribly wrong.
So I asked the Lord, “If all is well, then why am I feeling like this?” (See Genesis 25:22) God took me straight to the real issue. I was worried that I would let God down. I was concerned that I wasn’t anointed enough and that I would not live up to hopes or expectations.
Once I understood why I was anxious, I went to God in prayer and gave it all to Him. I poured out my heart like water before the face of the Lord (see Lamentations 2:19)
Explain Everything To God
We pour out our hearts by telling God exactly what is bothering us. The only way to really give God your worries it to articulate in prayer exactly what is bothering you and then one by one, hand over every angst, every concern, every worry to Him. He can handle your life way better than you.
I gave Him my anxiety. I reminded myself, it was all about Him, not about me. 1 Peter 5:7 (AMPC) says, “Casting the whole of your care [all your anxieties, all your worries, all your concerns, once and for all] on Him, for He cares for you affectionately and cares about you watchfully.”
After I laid it all down, I left my secret place feeling refreshed and excited. If you often get concerned, our next Heart Academy course Worry and Anxiety will change your life. It will deal with root issues, bring freedom and give you tools to live with joy and peace. Check it out here.
La ansiedad es horrible. Nos roba el gozo y nos roba la fe. Puede mantenernos despiertos por la noche e infelices durante el día. No importa cómo lo llamemos: preocupación, o abandono, todo es lo mismo.
Proverbios 12:25 dice: “La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime…”. Cuando estamos ansiosos, estamos abrumados. Puede afectar nuestra visión de la vida. Una sola preocupación que se sale de control puede hacer que parezca que todo es demasiado.
Jesús, sabiendo el daño que causa, nos dijo que no estemos ansiosos. Filipenses 4:6 (AMPC) dice: “No te afanes ni te inquietes por nada…”. ¡No hay nada que justifique su preocupación! Sólo empeora las cosas. Por eso debemos eliminar la preocupación de nuestras vidas.
¿Está Estresado?
La Biblia nos dice que le echemos todas nuestras preocupaciones a Él, pero con demasiada frecuencia ni siquiera reconocemos que estamos preocupados. Una manera de saber que estamos preocupados es cuando nos estresamos y nos molestamos. Es posible que se agite fácilmente o sienta que la vida es demasiado.
A veces malinterpretamos la rotación interna. Pensamos que estamos bajo presión o demasiado ocupados, pero a menudo es la ansiedad lo que nos hace sentir abrumados, no nuestro horario. Deténgase y pregúntese si se siente abrumado. Pídale al Señor que le revele cualquier ansiedad.
Llegar a la Raíz
Pero hay un segundo problema. Cuando nos damos cuenta de que estamos ansiosos, a menudo lo afrontamos de manera incorrecta. ¿Que quiero decir? Mientras estaba allí, me di cuenta de que estaba preocupada por una conferencia en particular.
Estaba zumbando en el fondo de mi mente y cada vez que pensaba en ello, me sentía molesta. Pero no sabía por qué estaba preocupada. Aunque era una conferencia importante, no me preocupaba que todo saliera terriblemente mal.
Entonces le pregunté al Señor: “Si todo está bien, ¿por qué me siento así?”. (Ver Génesis 25:22) Dios me llevó directamente al verdadero problema. Me preocupaba decepcionar a Dios. Me preocupaba no haber sido lo suficientemente ungida y no estar a la altura de las esperanzas o expectativas.
Una vez que entendí por qué estaba ansiosa, acudí a Dios en oración y se lo entregué todo. Derramé mi corazón como agua ante el rostro del Señor (ver Lamentaciones 2:19)
Explíquele Todo A Dios
Derramamos nuestro corazón diciéndole a Dios exactamente lo que nos molesta. La única manera de realmente entregarle a Dios sus preocupaciones es articular en oración exactamente lo que le molesta y luego, una por una, entregarle cada angustia, cada preocupación. Él puede manejar su vida mucho mejor que usted.
Le entregué mi ansiedad. Me recordé a mí misma que todo se trataba de Él, no de mí. 1 Pedro 5:7 (AMPC) dice: “Echando todas vuestras preocupaciones [todas vuestras ansiedades, todas vuestras inquietudes, de una vez por todas] en Él, porque Él cuida de vosotros con afecto y velando por vosotros.”
Después de entregarlo todo, dejé mi lugar secreto sintiéndome renovada y emocionada. Si se preocupa con frecuencia, nuestro próximo curso de Heart Academy (Español: La Academia del Corazón) “Preocupación y Ansiedad”, cambiará su vida. Se ocupará de los problemas de raíz, traerá libertad y le dará herramientas para vivir con alegría y paz. Compruébalo aquí.
