If I were to ask you what you believe others think of you, what would you say? People who know you pretty well? Have a think about your answer before you read on… I will come back to this at the end.
There is a relatively unknown character in the Bible called Mephibosheth. He was King Saul’s grandson and he had a sad story.
On the day that King Saul and Jonathan died in battle, the rest of the family fled in fear for their lives. Mephibosheth was just a little boy at the time. The child’s nurse grabbed him, but in the furious fray dropped the five year old breaking both his legs. Without modern medical facilities, the little fella had to endure agony without any help. From that day he was lame.
Marks
Sometimes we go through things that mark us. Not just physically but emotionally. Losing use of both feet affected Mephobosheth’s self image. Perhaps he was teased growing up or excluded because of his disability. We don’t know.
We do know that he saw himself as a cripple in every possible sense of the word. He believed that he was less important than everybody else. The accident was not his fault, yet the scars caused him great shame.
Years later, King David reached out to Mephibosheth, seeking to show him kindness for the sake of his father, Jonathan. However, when David shared his desire to bless the young man, Mephibosheth couldn’t handle the attention: “Who am I that you should look upon a dead dog as I?” He felt like a reject.
My story
I wasn’t a very popular child growing up. I felt like I was tolerated more than celebrated. Mocked by peers and tutted at by teachers, I believed that I wasn’t quite as nice as other children.
Fast forward more than thirty years… I was ministering in the UK and increasingly around the world. God was using me to heal hearts and restore lives. Then one day, the Lord asked me a rather challenging question, “Do you like yourself?”
What we think of ourselves matters. Proverbs 23:7 says, “As a man thinks in his heart, so is the man.” If I am going to be completely free to give myself fully to God, I need to be at ease with me. The more I get over my inner issues, the more I can be a channel of His love and kindness.
This question made me realise that although I valued my strengths (I was focused & determined), I didn’t really think that I was a very nice person. I could love myself, but I didn’t really like myself.
Even though I had been healed of a multitude of childhood hurts, I had never really faced the pain of being an unpopular little girl. In that moment, God took me back to the times I had been belittled and left out of games. I poured out my heart like water before the face of the Lord and He restored my soul. Now, I like me. Not everyone does but that doesn’t matter because God does and I do.
What about you?
The answer we give to the question at the top is a pretty accurate indicator of our self image. If you realise, like I did, that you don’t really like yourself, it’s time to be healed. As God reminds you of memories that still hurt, tell Him how you feel and ask Him to heal your heart.
I believe we all need to be restored. Why not join us at Healed for Life? God will take you on a life-changing journey, enabling you to deal with issues that you didn’t even realise were holding you back. You can also read our books which will speak straight to your heart.
SPANISH TRANSLATION
Si te preguntase, que crees de lo que otros piensan acerca de ti, personas que te conocen bien. ¿Qué dirías? Piénsalo bien, antes de contestar. Regresaré a este punto al final.
Hay un personaje poco conocido en la Biblia llamado Mefiboset, el nieto del rey Saúl, el cual tuvo un triste pasado.
El día en que el Rey Saúl y su hijo Jonatán murieron en batalla, el resto de la familia huyó temiendo por sus vidas. Mefiboset era un niño para esa época. La niñera lo agarró y desafortunadamente, en el corre y corre se le cayó el niño y él quedó lisiado en ambas piernas. Sin el beneficio de instalaciones medicas modernas, el pequeñuelo tuvo que sufrir su agonía sin ayuda. De ese día en adelante quedó discapacitado.
Cicatrices
A veces pasamos por cosas que nos dejan cicatrices. No solo físicas, pero emocionales. La lesión de Mefiboset afectó su autoimagen. Tal vez fue humillado cuando joven o excluido debido a su incapacidad. No sabemos.
Lo que si sabemos es que se consideraba estropeado, en todo el sentido de la palabra. Pensaba que era el menos importante. Aun cuando el accidente no fue su culpa, sus cicatriz le causaba gran vergüenza.
Años después, el Rey David buscó a Mefiboset, para hacerle bien y honrar a su padre, Jonatán. Pero cuando David dijo que deseaba bendecir al joven, Mefiboset no pudo recibir la honra. “¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!” Se sentía rechazado.
Mi historia
Yo no fui popular en mi juventud. Sentía que la gente me toleraba, pero no me celebraban. Mis amistades se burlaban de mis y mis maestros me ridiculizaban; me sentía menos buena que los otros niños.
Ahora, adelantémonos unos treinta años…Estaba ministrando en el Reino Unido e incrementadamente alrededor del mundo. Dios me estaba usando para sanar corazones y restaurar vidas. Entonces un día el Señor me retó, “¿Te gustas?”.
Lo que pensamos acerca de nosotros mismos es importante. Proverbios 23:7 nos dice, “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” Si voy a ser completamente libre para servirle a Dios del todo, necesito sentirme bien acerca de mi. Mientras más me sobrepongo a mis problemas internos, más puedo ser un canal de amor y bendición.
Esta pregunta me hizo darme cuenta que aunque valoraba mis talentos (era enfocada y determinada), realmente no pensaba que era una buena persona. Aunque podía amarme a mi misma, no me gustaba.
Aunque había sanado de muchas heridas de mi niñez, nunca me había enfrentado al dolor de haber sido una niña que no era popular. En ese momento Dios me remontó a tiempos cuando me menospreciaron y no jugaban conmigo. Derramé mi corazón, como agua, delante del Señor y él restauró mi alma. Ahora, me gusto a mi misma. A no todos les gusto, pero eso no importa, ya que le gusto a Dios y a mi misma.
¿Y que te ti?
La respuesta a la pregunta al tope de esta discusión es una buena indicación de nuestra autoimagen. Si te das cuenta que no te caes bien a ti mismo, es hora de sanar. Según Dios te hace recordar momentos que aun duelen, dile como te sientes y pídele que sane tu corazón.
Creo que todos tenemos necesidad de tiempos refrescantes y renovantes. ¿Por qué no te unes a nosotros en Healed for Life? Dios te llevará a una jornada que cambiará tu vida, y te ayudará a resolver problemas que ni te has dado cuenta tienes. También puedes leer nuestros libros, los cuales le hablaran directamente a tu corazón.