MY MIRROR | MI ESPEJO

By 16th April 2021 April 17th, 2021 Uncategorised

I met my husband at a fireworks party that I wasn’t really invited to.  We talked all evening and I went home full of excitement. Over the next month, we met often, enjoying our new-found friendship. Soon he told me that he loved me and within weeks, we were engaged. 

Nothing had ever felt so natural and right; it seemed as though we’d always known each other. God confirmed that He was the One bringing us together. Less than a year after we met, we were married.  My life started anew. Bliss!

But it wasn’t. We were best friends. We would walk and talk and play and pray.  We spent time together and encouraged each other. We had good jobs, a home, a cute dog and a growing ministry. But there was something wrong…

THE MIRROR

Day one of our marriage, as we awoke in a pretty hotel in the English countryside, was the first time I rejected my husband. Until I was in his arms, I didn’t realize that I couldn’t always handle intimacy.  We went for a walk that morning in the sunshine and cried.  

I wasn’t capable of loving anyone more than I loved him. But there was something about being close that made me shut down. I tried for years to ignore my issues and got defensive or changed the subject whenever he raised it.

Marriage is often the place where we discover ourselves. It is in our closest relationships that we find out who we are and that we learn that we have have unresolved issues. I tried to turn away from what I saw. I tried to point the finger in every other direction. 

WHATEVER IT TAKES 

Around our 10th anniversary, we hit rock bottom. My husband couldn’t take any more rejection. I realized I was at risk of ruining the greatest relationship in my life. A marriage is always a two way street, but each of us has control over only one side. I determined to become the woman my husband needed. 

Quite separately, I had been crying out to God to use me more in ministry. I was hungry to fulfill His plan for my life. I had no idea how related the two yearnings of my heart were. 

The Lord heard my cry and met with me powerfully. He started to reveal the reasons for my reactions. My intimacy issues and insecurities were rooted in a crushed self-worth. Buried pain from childhood affected my ability to trust people. God started a deep work of healing hidden hurts.

MISUNDERSTOOD & MOCKED, YET…

It wasn’t a quick fix, but it was life changing. God’s not finished but I’m a thousand times more healed than I was back then. I feel whole!  I can be around people who are cleverer and stronger than me and be at peace with who I am.  

I can enjoy the company of those in authority without worrying what they think. I can be misunderstood and mocked yet laugh along with the crowd at myself. It feels good to be secure.

Today, I have a wonderful marriage.  We still walk and talk, play and pray. But underneath all that, we have closeness, understanding and affection. The place our unhealed hurts show up most often is in our closest relationships. 

INSIDE OUT

When you get healed, your relationships improve. You can have the marriage you long for and closeness with your children. If you will allow the Lord to heal you from the inside out, you will see the results all around. 

Prioritize your heart for the sake of your future and your closest relationships. Book your spaces for The Virtual Encounter now for yourself and your loved ones. You will journey together to joy and wholeness. 

Conocí a mi esposo en una fiesta de juegos pirotécnicos a la que no fui invitada.  Camine cerca de el toda la noche y me fui a casa muy emocionada. Por los siguientes meses, nos vimos muchas veces, disfrutando la nueva amistad.  Muy pronto me dijo que me amaba. Y en meses nos comprometimos para casarnos.

Nada se había sentido tan natural y bueno; parecía que nos conocíamos de toda la vida. Dios confirmo que El nos había conectado. En menos de un año nos casamos. Mi vida empezó una nueva felicidad.

Pero no fue así. Eramos mejores amigos. Caminábamos, hablábamos , jugábamos y orábamos . Pasábamos tiempo junto y  nos animábamos. Teníamos trabajos buenos, una casa, un perro y un ministerio creciente. Pero había algo mal…

EL ESPEJO

El primer día de matrimonio, despertamos en un cuarto hermoso de hotel en el campo inglés, ahí lo rechace por primera vez. Hasta que estuve en sus brazos, fue que me di cuenta que tenía problemas con la intimidad. Fuimos a caminar en el amanecer y lloré.

No era capaz de amar tanto a alguien como a el. Había algo en mi que estaba cerrado que me empujaba a la distancia. Por años trate de evitar el tema y me ponía defensiva, yo cambiaba el tema cada vez que el trataba de tocarlo.

Lo que tienes que saber del matrimonio es que es un espejo interno. Revela todos las heridas escondidas y los dolores no resueltos. Yo trate de mirar a otro lado. Yo trate de apuntar la culpa en otra dirección.

QUE CUESTE LO QUE SEA

Por mi aniversario de bodas número 10, tocamos fondo. Mi esposo ya no pudo tolerar más rechazo. Me di cuenta que estaba dañando la relación más importante. El matrimonio es una calle de dos vías, pero cada uno tiene control de su senda. Me determine en convertirme en la mujer que mi esposo necesitaba.

Por otro lado, estaba clamando al Señor que me usara en el ministerio. Había hambre de cumplir Su plan para mi vida. No tenía idea que tan unido estaban los dos deseos de mi corazón.

El Señor escuchó mi clamor y contestó con poder. El empezó a revelar la raíz de mis reacciones. Mis problemas con la intimidad y la inseguridad estaban arraigados en la autoestima aplastada. Dolor enterrado de mi infancia afectaban mi habilidad para confiar. Dios empezó a trabajar profundo las heridas de mi corazón.

MAL ENTENDIDA Y BURLADA

No fue una respuesta rápida, pero si un cambio de vida. Dios no ha terminado, pero estoy mil veces más sana que al principio. Me siento completa! Puedo estar rodeada de personas más inteligente y mejor preparados que yo y estoy en paz.

Puedo disfrutar la compañía de personas en autoridad y no me preocupa lo que piensan de mi. Puedo ser mal entendida y recibir burlas y puedo reír junto con la gente. Se siente bien ser seguro.

Hoy tengo un matrimonio maravilloso. Todavía caminamos y hablamos, jugamos y oramos. Pero debajo de todo esto, hay cercanía, entendimiento y afecto. El lugar donde nuestro corazón herido se muestra más, es en nuestras relaciones cercanas.

DE ADENTRO HACIA AFUERA

Cuando eres sano, tus relaciones mejoran. Puedes tener el matrimonio soñado y la cercanía con tus hijos. Si le permites al Señor sanarte de adentro hacia afuera, verás los resultados en todo lugar.

Prioriza tu corazón por un mejor futuro y mejor relaciones. Toma tu lugar para el encuentro virtual ahora para ti y los que amas. Caminaremos juntos rumbo al gozo y la plenitud.

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